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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

lunes, 19 de junio de 2017

El saco de plumas

El saco de plumas


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?"

A lo que el hombre respondió:

"Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:

"Ya he terminado",

A lo que el sabio contestó:

"Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

La leyenda del verdadero amigo

La leyenda del verdadero amigo


Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.

El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.

Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.

Intrigado, el amigo preguntó:

¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

viernes, 2 de junio de 2017

Eliminar la auto conmiseración



Eliminar la auto conmiseración

Fuente: https://solucionesenadicciones.wordpress.com


Esta emoción es tan desagradable que nadie que esté en sus cabales quiere admitir padecerla. Muchos de nosotros hacemos cuanto está a nuestro alcance para ocultarnos a nosotros mismos el hecho de que estamos atrapados en una telaraña de autocompasión. No nos gusta que se nos diga que sale a flote esta emoción, y rápidamente tratamos de argumentar que estamos experimentando una emoción distinta a esa tremenda sensación de “pobre de mí”. O podemos también, en un segundo, encontrar una docena de razones perfectamente legítimas para sentirnos algo tristes por nosotros mismos. La autocompasión es una arena movediza. El hundirnos en ella requiere mucho menos esfuerzo que la esperanza, la fe, o el simple movimiento.

Cualquier persona que pueda recordar un dolor, un fracaso sentimental, o una enfermedad durante la niñez, puede probablemente recordar también el alivio de lamentarnos por lo mal que nos sentíamos, y la casi perversa satisfacción de rechazar toda clase de consuelo. Casi todos los seres humanos, pueden simpatizar profundamente con el clamor infantil de “¡Déjenme solo!”.
Una de las formas que toma la autocompasión en nosotros es: “¡Pobre de mí! ¿Por qué no puedo ser como todos los demás? ¿Por qué me tuvo que haber sucedido esto a mí? ¿Por qué tengo yo que sufrir este dolor? ¿Por qué yo?.

Ese pensamiento es el gran tiquete de entrada a un bar, pero no es más. El llorar sobre una pregunta sin respuesta es como lamentarnos por haber nacido en esta era, y no en otra, o en este planeta, en vez de haber nacido en una remota galaxia. No es realmente una acción muy efectiva la de sentarnos en nuestra propia laguna de lágrimas. Algunas personas muestran un celo especial para rociar sal sobre sus propias heridas. 

También podemos desplegar una extraña capacidad para convertir una pequeña molestia en todo un universo de lamentos. Cuando el correo nos trae la cuenta del teléfono, nos sentimos abrumados por nuestras deudas, y declaramos formalmente que nunca podremos terminar de pagar. Cuando se nos quema un asado, lo consideramos como una prueba de que nunca podremos hacer algo a derechas. Cuando llega el auto nuevo, decimos confidencialmente, “Con la suerte que yo tengo, algo me va a suceder”.

Es como si lleváramos a nuestras espaldas un morral lleno de recuerdo desagradables, tales como heridas y rechazos de nuestra niñez. Veinte, o cuarenta años después, ocurre un acontecimiento de menor importancia comparable a uno de aquellos que tenemos guardados en la bolsa. Esa es la ocasión en que nos sentamos, destapamos la bolsa, y empezamos a sacar de ella con todo cuidado, aquellas heridas y rechazos del pasado. Con un recuerdo emocional total, volvemos a vivir cada uno de esas frustraciones vívidamente, ruborizándonos de vergüenza por las timideces de nuestra niñez, mordiéndonos la lengua por las ideas antiguas, repasando las antiguas disputas, temblando con temores casi olvidados, y tal vez llorando de nuevo por un fracaso amoroso de nuestra juventud.
Esos son casos extremos de autocompasión genuina, pero no son difíciles de reconocer para aquellas personas que alguna vez han tenido, visto o deseado esa sensación lacrimosa. Su esencia es la autoabsorción total. Podemos llegar a sentirnos tan estridentemente preocupados por nosotros mismos que perdemos el contacto con todos los demás. No es muy fácil congeniar con alguien que actúe en esa forma, excepto un niño enfermo. Por eso cuando nos sentimos en esa situación de “pobrecito yo”, tratamos de esconderla, particularmente de nosotros mismos, pero no existe forma de librarnos de ella.

Por el contrario, necesitamos arrojar de nosotros esa absorción, ponernos de pie, y dar una mirada sincera a nuestro proceder. Tan pronto como conocemos la autocompasión, podemos empezar a hacer algo acerca de ella.

Los amigos pueden sernos de mucha ayuda si son lo suficientemente íntimos (preferiblemente progenitores, hermanos, pastores, guías espirituales, sacerdotes) como para poder hablarles francamente. Ellos pueden escuchar las notas falsas de nuestro canto de lamentos y decírnoslo así. O probablemente nosotros mismos podemos escucharlas; y empezamos a poner en orden nuestros sentimientos por el simple expediente de expresarlos en voz alta. Otra arma excelente es el humor. 

Cuando observamos la iniciación de nuestra autocompasión, podemos también tomar una acción contra ella con un libro de inventario instantáneo. Por cada anotación de miseria en la columna del debe, podemos anotar una bendición en la columna de haber. La salud de que gozamos, la enfermedad que no tenemos, los amigos que hemos amado, el clima soleado, la buena comida que nos espera, el gozar de todas nuestras facultades, el cariño que se nos proporciona, la amabilidad que recibimos, el trabajo de una hora, el buen libro que estamos leyendo, y muchas otras causas de satisfacción que pueden totalizarse para contrarrestar el débito que causa la autocompasión.

También podemos usar el mismo método para combatir las depresiones de los días festivos, que no suceden únicamente a los alcohólicos. Navidad, año nuevo, cumpleaños y aniversarios arrojan a muchas personas dentro de las marañas de la autocompasión. Podemos aprender a reconocer esa antigua inclinación para concentrarnos en la tristeza nostálgica, o mantener en circulación una letanía de lo que hemos perdido, de la gente que nos desprecia, y de lo pequeños que nos sentimos al compararnos con los ricos y los poderosos. Para contrarrestar esto, añadimos al otro lado del libro mayor nuestra gratitud por la salud, por las personas amadas que nos rodean, por nuestra habilidad para dar amor. Y nuevamente, el balance mostrará utilidades.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Las 21 Cualidades indispensables de un líder

Las 21
Cualidades indispensables de un líder

Las 21 cualidades indispensables de un lider es un libro accesible y conciso acerca de las cualidades indispensables del liderazgo eficaz.


Siguiendo la tradición de su éxito millonario Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, el autor John C. Maxwell presenta un libro accesible y conciso acerca del liderazgo que le ayuda a los lectores a ser líderes más eficientes desde adentro hacia fuera. Realza veintiún cualidades esenciales del liderazgo además de incluir las secciones «Reflexionando» y «Poniéndolo en práctica» que les ayuda a integrar y aplicar el material cada día.


Aquí en LQP te invitamos a realizar esta lectura a manera de devocional durante 21 días. Para hacerlo puedes dar clic en cada una de las cualidades, leerla, interiorizarla y, lo más importante, llevarla a la práctica.
 
         Éxitos en tu liderazgo.

Fuente: Maxwell, J.C. (2000) Las 21 cualidades indispensables de un líder. Betania. EE.UU.

lunes, 1 de febrero de 2016

El desafío del Amor

El desafío del Amor
Querido amigo(a) hermano(a), estás en una lista de difusión solo de parejas.
Al final de este mensaje recibirás un link para descargar.
Solo personas maduras y valientes que creen que el hogar y el matrimonio hace parte del plan Divino de Dios serán desafiados a leerlo diariamente con su pareja.
Quienes lo hagan podrán ver a Dios obrando de una manera muy especial en sus vidas y en su matrimonio. ¡Te recomiendo que lo hagas!
Dios les bendiga
Por favor comparte este blog con tus amigos... De pronto alguno de ellos puede ser edificado con este material.

lunes, 25 de enero de 2016

La rana optimista

La rana optimista


Dos ranas, una optimista y otra pesimista, cayeron al mismo tiempo en dos vasijas que contenían leche. La rana pesimista dice: “No puedo salir de este cacharro, porque las paredes son muy lisas. No puedo respirar en la leche, voy a asfixiarme, estoy perdida.” Y, en efecto, se asfixia y muere.

La rana optimista no sabe tampoco qué hacer; pero como es optimista trata de hacer algo y se agita en todos sentidos. Como se está moviendo continuamente, bate la leche con tanto vigor que ésta se transforma en mantequilla. La rana entonces se sienta sobre la mantequilla y puede respirar libremente.

Esto prueba que quien posee un carácter optimista hace siempre algo, aun cuando no sepa qué hacer para salir en una situación difícil; pero sigue luchando y confiando en Dios y él es poderoso para hacernos “más que vencedores.”

Lee y reflexiona:
Eclesiastés 9:10
Romanos 12:11; 13:11
Efesios 5:14.

Fuente 
Texto; Lerín, Alfredo (2003) 500 ILUSTRACIONES. Mundo Hispano
Imágen: http://nolosabia.net/wp-content/uploads/2014/05/rana.jpg

domingo, 24 de enero de 2016

Morbus Sabbaticus

Enfermedades del alma: Morbus Sabbaticus


Es una enfermedad muy común en los miembros de la Iglesia y ataca repentinamente el domingo por la mañana y los días que hay estudio bíblico por la tarde, el hermano o hermana no siente ningún síntoma, hace sus tareas, cumple con su trabajo, va al mercado a hacer sus compras, va de visita o de paseo, no importa si está lloviendo, come bien, duerme bien, pero cerca de la hora de ir a la Iglesia le ataca el virus, su ánimo decae, se siente mal, le duele el cuerpo, cree que tiene fiebre y que necesita descansar y continúa hasta que el servicio ha terminado o un poco antes. Cuando su familia regresa de la Iglesia ya le encuentran mejor. ¡Grande Milagro!

Esto se repite cada semana, el paciente puede hacer de todo durante toda la semana, se siente en forma para hacer de todo, no siente ningún malestar, su espíritu se siente alegre, ríe, goza, disfruta de la vida, ve la televisión, lee el periódico o alguna revista, nada hace presagiar que esté enfermo. Pero cuando llega las 9.00 a.m. del Domingo o las 6.00 p.m. de los demás días, el virus empieza a atacar y el ciclo de la enfermedad se repite.

Características peculiares de esta enfermedad, son:
  1. Solo ataca a los miembros de la Iglesia.
  2. Nunca aparece en otros días de la semana.
  3. Los síntomas pueden variar en cada caso, pero no quitan el apetito ni el sueño.
  4. Nunca permanece por más de unas horas en esos días.
  5. Generalmente empieza a atacar al jefe de la familia o a la esposa y contagia a toda la familia si no se cura a tiempo.
  6. Ninguno llama a un médico para atender este caso.
  7. Es grave y fatal para el alma, todas sus víctimas están en el infierno.
  8. No hay remedio humano para este mal, lo único recomendado por Dios es un sincero arrepentimiento, confesar los pecados y humillarnos ante Dios. Suplicar su gracia.
  9. El nuevo nacimiento y la sangre de Cristo es el antídoto.
  10. Es una plaga peligrosa y barre con miles cada año, llevándoles prematuramente a la destrucción.

RECOMENDACIONES: 

Si alguno padece esta grave enfermedad, recurra inmediatamente a Jesucristo, Él y su sangre dentro de nosotros no permitirá que esta enfermedad nos ataque y nos destruya. 

ESCUCHA ESTA ADVERTENCIA DADA A TIEMPO.

No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. 
Al contrario, animémonos cada vez más a seguir 
confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos 
que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo. 
Hebreos 10:25 TLA

Fuente imágen: http://associationsnow.com/wp-content/uploads/2014/10/1028_sick.jpg
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